El Mundo

Escrito por THE PajOn el Viernes 06 de Junio de 2008 a las 12:45 PM

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En la esfera bipolar de un gusano de maguey soñé que…

Me perdía entre tus piernas y me escapaba entre las sabanas al abismo de tu desesperación. Liquidos de amor, fuga de semen y contar con que a la mañana siguiente no me tomes como loco sería una total falta de respeto a las reglas de urbanidad de mi Glerskopee.

Salimos a caminar fundando pueblos y llevando la buena nueva de tu asunción al monte Olimpo. No esperaba una caricia y cuando acorde ya te estaba mordiendo la oreja, nos desnudamos en el muro de los lamentos de tu frente y copulamos a la luz de los coconuts como pájaros al sol. Esa es tu cualidad más sindical, coges sin amor y cuando menos me lo espero. Espero que tengas más de esa calida sonrisa.

Amanecimos en las manos de Buda, reimos sin parar cuando el Big Ben se derrumbó a mis pies y emocionada me tomaste de la mano y me llevaste al Maracaná a darme un maracanazo mientras jadeabas de rodillas. Te vi partir.
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En la espada desenvainada, muerta, ensangrentada de un pirul soñé que:

Tus manos eran las mias y que te daba un masaje del Estrimón al Nilo y recolectabamos califregueras en el Congo Belga. Luego subiste a los andes y me gritaste desde arriba con tu voz violeta: «Esperame en Siberia vida mía» y sólo encontré a Mauricio Gárces fumando un cigarro de la hoja de guayaba parlanchina y frágil.

Te busqué en la Antartida y en los hielos perpetuos de la tierra muerta de la Reina Maud, te busque en mi casa pero mis zapatos viejos me contaron una historia de vaqueros, Wyatt Earp es testigo, en la cantina del pueblo sólo había tequila y yo quería un vaso de leche.

Te busque en Stalingrado, en Troya, en Susa, en la Atlantida, en Apokolips, en Buenos Aires, las calles de Praga estaban ensangrentadas por la primavera, en Ginebra, en Laos, en Tenochtitlán, en Milan Moussolini colgaba de cabeza con el vientre al sol, en Creta, en Manchester, en Zacatecas, en Viena Maximiliano lustraba sus botas de campaña, en Menphis, en la coladera de un hotel en el Paso antes de cruzar la frontera y quemar el último cartucho.
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En las patas de un bufalo con un racimo de perlas y sahumerios soñé que:

Estabas en mi catre de campaña tomando tequila, escuchando a un mariachi, a la luz de los cocullos o como se escriba.

***Escrito originalmente en TDQ, un día nublado de junio de 2008.

Síganme los buenos!

Mariana Mariana

La primera vez que vi a Mariana me pareció un ángel bajado del cielo, y decidí de inmediato bajarle la luna y las estrellas. La conocí en la plaza, comiéndose un helado; llevaba una blusa escotada y una falda blanca, larga como el mantel del comedor de mi abuela. Era un domingo, Domingo de Ramos, y por la noche, ahí mismo, en la plaza, me le acerqué para conquistarla.

No lo logré a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera. Conquistar a Mariana fue una de esas largas batallas por demostrarle a alguien que quieres estar con ella/él sin que piense que eres un hijo de la chingada. Dos largos meses que no vale la pena relatar y caer en detalles, sólo diré que hubo de todo: flores, cartas, encuentros inesperados, serenatas, cliches románticos y tontería y media que me pude haber ahorrado.

Nos hicimos novios frente al altar de la iglesia del pueblo -aqui quiero hacer una pausa para aclarar que soy ateo y que si entré a la iglesia fue sólo porque Mariana entró en ella y la seguí con ansia, sin darme cuenta los terrenos que pisaba-. Para entonces yo ya sabía que Mariana era una santurrona. Criada a la vieja usanza, mi nueva novia tenía la costumbre de ir a misa -o a la iglesia, no entiendo la diferencia- seis veces a la semana, rezar cuatro padres nuestros al mes, y santiguarse cada que yo decía groserías. De niña se escondía bajo las faldas de su madre cada que se paraban frente al altar, a los pies del cristo prieto de Frías.

No se imaginan que desagradable es escuchar cantar a un cura, horrible. No se si estarán conscientes de la mierda que son. Entrar a la iglesia a escuchar misa fue algo que tuve que aprender a asimilar de nuevo. Si, de niño fui un crio santurrón, de catecismo y pecados que me hacían hornearme en el infierno por el remordimiento. Entrar a una iglesia significa alimentar tu frustración y ser juzgado mil veces. Los curas te dicen tantas veces que eres un pecador, que le quitan el sentido al mismísimo juicio final.

Soy ateo, nunca lo oculto. Del porque de mi ateismo no vamos a hablar en este momento, que les baste con saber lo que dice mi abuela: que alguna vez «me salí del redil» y nunca volví porque no se me dió la pinche gana. ¿Cómo entonces me hice novio de una santa y llegué a ir a la iglesia seis veces por semana? Por su cuerpo. Mariana tenía el cuerpo más perfecto del pueblo, estaba en su punto. Sus piernas eran largas y hermosas, aunque casi nunca las enseñaba se notaba su contorno por debajo de la falda; no hablemos de sus nalgas, perfectas; sus senos firmes, su cadera me mataba y su boca era como morder una manzana. Una tentación enorme para un ateo que ignora la maldad de las tentaciones, o cree ignorarlas.

Hablemos pues de mi ateismo. Mi relación con Mariana era un ataque a la religiosidad hipócrita de los pueblerinos. Odio la religión y todo lo que conlleva, odio a los curas y a las santurronas, conscientes e inconscientes de su santurronerías, pero lo que más desprecio es la falta de criterio de los que se creen esas idioteces. Para mi Mariana era un triunfo y hasta pensé en cambiarle sus costumbritas, no pude. Me ganó su cuerpo y su manera de tratarme; de pronto caí redondito porque me hacia rogarle por un beso o me dejaba plantado por ir a rezarle a un santo. Comenzó a obsesionarme y a «romperme el corazón» -me avergüenza decirlo- muy seguido.

Yo quería una novia que se liberara conmigo, ardiente, Mariana era una barra de hielo. Una noche de julio la lleve al cerro, com el pretexto de ver el cielo estrellado antes de que comenzara la temporada de lluvias. Tuve que rogarle pero al final acepto. Luego de un rato de hablar de cosas sin sentido, intenté seducirla. No hubo resultado, se escapó de mis brazos señalando una estrella en el cielo que le gustaba. A punto de regresar al pueblo hice el segundo intento. Me gusta tu cuerpo, le dije. Me miró asustada y le planté un beso, luego me lancé a su cuello y pegó un grito que me hizo retroceder. Ahora me da pena decirlo, porque para entonces yo ya había estado con varias mujeres y me las sabía de todas todas, pero Mariana me tenía bajo su influjo, mi voluntad estaba perdida y no tenía más remedio que perder. De todas formas al llegar a su casa lo intenté por tercera vez, sin resultado favorable de nuevo.

Días después Mariana recordó lo sucedido en el Cerro. Se refirió a mis intentos por poseerla como algo que sólo puede hacerse estando casados por la iglesia y me pidió que no lo volviera a hacer. No supe que pensar. Primero me pase una noche en vela jugando con la idea de que le había tocado un punto débil y de que iba a ceder; luego en una cantina, en medio de las copas, comencé a planear mentalmente una jugada para hacerla mía antes de casarme con ella; al final de la borrachera sentí que me estaba llevando la chingada y que era toda una odisea querer cogerse a una santa.

Comenzé a pensar en matrimonio, un error común de los que están enamorados. Peor aún, comenzé a pensar en convertirme de nuevo al catolicismo; me imaginé frente al altar recibiendo la hostia de manos de un cura somnoliento y Mariana a mi lado quitándose las bragas y diciendo: «penétrame, anda».

Ahora que lo recuerdo, pienso que mientras yo caía en las garras de la fé poco a poco, nuevamente, contra mi voluntad y mi razón, cegado por un par de piernas, fue  también un acto de fé lo que me salvó del Infierno. Las paradojas de la vida. Una noche le pregunte a Mariana si me amaba. Me dijo que si. Le pedí que me lo jurara por la Virgen, el Espíritu Santo y el Cristo Prieto de Frías. Se quedó callada, vaciló, y tartamudeó un Si muy parecido a un No. En ese momento supe que estaba perdiendo el tiempo, me dí la media vuelta y regrese a mi ateismo de siempre. Caminé y me alejé sin mirar atrás, a pesar de los gritos de Maríana, sus padres nuestros y sus mil ave marias.

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24

«Que linda que estás, sos un caramelo…»

Mi Caramelo, Bersuit Vergarabat.

Mayo de 1983

-¡Ándale prieta apurate!

-¡Ay! esperamé Francisco. Deja le pago a la señora.

-Son $3,500 seño.

-¿3,500? Oiga pero por que tan caros, ay no señora.

-Pos ya ve como está la crisis. Con el peso tan devaluado, imagínese, yo no tengo la culpa, mejor dígale a López Portillo…

-¡Córrele prieta!

-Si, si bueno, ya, aqui tiene, señora.

-Córrele, ándale que si no no llégamos. Aprisa, cómete tu churro…

-Ay Francisco, pero si el hotel está aqui a tres cuadras. No vayas a salir con que quieres taxi.

-Chingada madre, el mío no tiene cajeta, ¡pinche vieja pendeja vamos a reclamarle!

-Ay Francisco, por qué no se lo recordaste. Todo quieres que uno te lo adivine.

-Ahhh, ni modo me das el tuyo.

Ay mira, que bonito se ve el teatro Degollado y las fuentes. ¿No es romántico Guadalajara?

-Si si, ápurale.

-Mira esas rosas, se ven tan frescas. Pobre muchacho se ve que no ha vendido nada… Oye Francisco, ¿me estás escuchando?

-Si, mañana temprano vamos al menudo a San Juan de Dios.

-¿Qué? Yo no dije eso…

-Pos’ no dijiste que tenias hambre, o que te querías comer unas rosas.

-Si, Francisco si pues. Mira, que bien se le ve la pancita a esa señora, ¿Tendrá mi edad?

-Se ve bien fea, toda panzona.

-No, menso, está embarazada. A poco no me vería bien con mi pancita.

-Ay no, te regreso con tu mamá.

-Ay Francisco que feo eres.

-Ya cállate, que vamos a cruzar la calle.

-¡Llévelo, llévelo! Las Chivas contra el América en semifinales, se calienta el clásico.

3 cuadras después:

-Ya llegamos, córrele prieta pide la llave.

-La llave del 24 señor, por favor.

-Ándale, ¿A donde vas? por el elevador prieta, córrele que ya no aguanto las ganas.

-¿Qué?

-Ya sabes, no te hagas.

-Ay Francisco, lo dicho, no eres nada romántico.

-Ya prieta, mañana te llevo a Chapala.

30: Minutos después:

-Todo listo para la proxima visita del Presidente De la Madrid a Guadalajara donde inaugurará…

-¿Qué? ¿por qué prendes la tele? Esto apenas es el comienzo prietita.

9 meses después:

Nací.

*Publicado originalmente en myspace/pincho132 (blog) el 11 de febrero de 2008.

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The Beatles

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A day in the life. Caray, no voy a contarte la historia de los Beatles porque seguramente ya la conoces, ni te voy a saturar con datos de trivia rarísimos o con secretillos que desatan polémica -los cuales muero por revelarte-, ni voy a reseñarte todos sus discos desde el Please Please Me hasta el Let it Be, o hablarte de la discografía editada en EU y las rarezas publicadas luego que se separaron.. nel, para empezar no soy un reseñista músical y ni siquiera sé si exista alguien que se dedique a eso o si esa es la forma correcta de nombrarlo.. já sólo te diré que mi vida intelectual se clava con un tema a la vez y cuando me gusta una cosa necesito leer y leer, buscar videos y escuchar audio; como hace unos meses en que me dormía leyendo sobre el Che Guevara y despertaba planeando una nueva revolución.. Hoy lo que me apasiona son los Beatles y su contribución a la Cultura Pop en general. Caray, pero sospecho que tú sabes más sobre ellos.

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Yesterday. La primera vez que escuché de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr fue cuando mi papá me habló de ellos.. unas cuantas canciones que no recuerdo y algún artículo en un ejemplar de Vanidades de mi mamá y ya. Tenía 10 años. Luego en la Secu, en la clase de Inglés el maestro nos ponía a los Beatles, tuvimos que aprendernos Yesterday para pasar el curso… yo era de los que más entusiasmado la coreaban. Hace un tiempo llegó a mis manos una copia del disco Abbey Road y me quedé con las ganas de escuchar más… hace poco las ganas regresaron. Si si, soy una víctima más del 09/09/09.

Intermedio: Un trio de videos del Concierto del Tejado -de la película Let it Be (Dir. Michael Lindsay-Hogg, 1970)-, que no se pueden perder… Los Fab Four llevaban años sin tocar en directo hasta que proyectaron el album Get Back, que terminó siendo Let it Be y que no se editó hasta 1970 cuando ya se habían separado. Disfruten esta forma muy original de volver a tocar en vivo y no caer en manos de la ley en el intento.

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I’m only sleeping. ¿Cómo hacer un recuento de la historia Beatle? Asi: Cuatro cabrones que tocan en algún antrillo de Liverpool y que han hecho verdaderas faenas en Hamburgo. Un tipo de buen olfato (Brian Epstein) interesado en representarlos, una disquera modesta y un productor músical (George Martin) con hartas ideas y paciencia. Un baterista nuevo con mucha ‘chispa’. Un par de singles exitosos (Love me do, Please please me), un país que consume todo lo que le ponen en frente (E.U.), giras llenas de fanáticas a punto del desmayo -aqui está el origen de las boy band señoras y señores!- y un progreso conceptual cada vez más marcado, Lennon inspiradísimo… LUego viene la etapa psicodélica, los Beatles ya no suenan igual, ¿LSD, marihuana?, Yellow Submarine, un album que rompe los esquemas y un tal Sargento Pepper y su banda, George y su guitarra cada vez más oriental, no más actuaciones en vivo,  muere Epstein por una sobredosis, Paul releva a John en el liderazgo de la banda y demustra ser más creativo, Joko Ono, un viaje a la India, más viajes de acido, Strawberry fields forever, All you need is loveHey jude, Revolution y Vietnam, el «albúm blanco«, Ringo se larga, Ringo regresa, Let it be, Linda Eastman, Abbey Road y Hello Goodbay

Siempre creí que John era el más grande, y lo es si de revolución hablamos, aunque Paul es su contraparte y complemento creativo. Equivocadamente pensaba que George no era tan bueno, pero me gusta más Something que cualquier otra canción de la banda. Ringo es el más accesible de los cuatro… o estás con Lennon o con McCartney -sí te metes en esa legendaria discusión sobre la separación del cuarteto de Liverpool- pero siempre tendrás motivos para estar del lado de Ringo.

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The End. Tal vez te hable de las mujeres de los Beatles más adelante, tal vez te revele si realmente Paul murió en un accidente como algunos fans fantasiosos -¿?- alegaban o escriba otro post con. muchos datos de trivia rompemadres®.. no sé. Ya me voy. ¿Tú qué dices?

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Tres historias insanas -2-

Número 4. “La Hummer”

Y no es que nunca hubiera visto una, pero… ¿No andabas tú el día que andábamos juntos el Sabripobre, el Carita y yo? Já! Claro que no. Este tipo de aventuras, siempre lo he dicho, no se hicieron para pobres diablos… pero espera, no te ofendas, lo que pasa es que la situación se puso tan de la verga que el Sabripobre se mió, el Carita lloró y yo como siempre resulte ser el que más rifó.

Dimos vuelta en la Cinco Esquinas, dispuestos a recorrer la calle principal para ver a las nenas del pueblo. Esta vez, no era mi Poderoso Blue Power el que hacía rugir su motor, sino la Cheyenne 09 del Sabripobre –que de pobre no tenía nada–. Su papi se la había obsequiado porque en el rancho los ‘apás’ si regalan camionetas a sus hijos no como reza cierto comercial. Pero eso no viene al caso, lo que si va es lo que en el siguiente capítulo les voy a contar. ¡Verga!

Número 5. “La MILF que no”

Montados en la Cheyenne recorrimos la calle principal, entusiasmados, destapando cervezas y deleitándonos la pupila. Esa noche nos dimos cuenta que Sandrita ya estaba en edad de merecer, que Julieta ya tenía buena teta, que Carlota ya alcanzaba el timbre, que Romina ya se veía muy ‘mayugada’ y no pasaba, que Isabel ya no andaba con el Gay y que a fin de cuentas éramos tres rufianes, borrachos y sin causa, que no nos atrevíamos a bajarnos, a salir de atrás de la cerveza para platicar con ellas. ¡Verga! Ya divago más gacho que antes.

El caso es que después de doblar por el Callejón del Burro Flaco una Hummer color negra comenzó a seguirnos. Al principio la chuleamos: “Ah, ya vieron que troca tan chingona traemos atrás” –dijo el Carita–, “uy, está chida pero está mejor mi Cheyenne” –dijo el Sabripobre–, “merezco” –dije yo–. Pero después de 10 minutos de dar vueltas y vueltas, de doblar esquinas y de “subir subidas” con la Hummer detrás de nosotros, con esas luces tan blancas, con los faros misteriosos y con toda la palabrería y relatos del Narcotráfico, de las ejecuciones, de decapitados, de viento y furia y demás demás… nos empezó a dar miedo –menos a mi, claro-.

Conversación harto pedera -1-

Carita: No mames güey! Esa Hummer ya tiene mucho pinche rato siguiéndonos.

PajOn: Naaa, a lo mejor van pa’ donde mismo.

Carita: No pero, la neta ya me pusieron nervioso.

PajOn: Naaa, a lo mejor… no sé.

Carita: Puta madre, mejor nos vamos a ‘jetear’ ya.

Sabripobre: Este si, yo ya tengo sueño. ¿Cuántas ‘cheves’ quedan?

PajOn: Queda medio cartón y…

Sabripobre: Tres cada quien y nos rifamos la que sobra.

Carita: Simón y que cada quien se las lleve a su casa… vámonos!

PajOn: “There is a vampire inna you area”

Sabripobre: No mamen!

Carita: ¿Qué?

PajOn: ¿Qué?

Sabripobre: Creo que me echó las luces altas.

Carita: Quieren que te pares… no te pares, ¡dale cabrón!

PajOn: jajaja ¡Verga!

Número 6. “El miedo no anda en Cheyenne 09”

Y el Sabripobre le ‘piso’ a la Cheyenne. Dimos vuelta por la Calle de la Escuelita, doblamos a la izquierda por el Callejón del Mono Prieto, pasamos por la esquina de los Abarrotes Don Trino como alma que lleva el diablo para perder a la Hummer. Pero al cruzar la Calle del Arroyito nos topamos con ella de nuevo. El Sabripobre aceleró y sin querer queriendo le dio un ‘besito’ un coche que estaba por ahí estacionado. Te lo van a cobrar mañana, le dije. La Hummer seguía tras nosotros. Salimos a la carretera para perderla de una vez por todas pero de nada sirvió, seguía ahí. Finalmente salimos a un camino de terracería y paramos tras unos maizales…

Asustados por la persecución –menos yo-, decidimos pasar ahí la noche…

****

A la mañana siguiente volvimos a TP City. El Sabripobre nos dejo en nuestras casas sin despedirse ni nada, obviamente le andaba por ir a contarle a su papi. Al mediodía el Carita me llamó y me dijo que el Sabri se fue a San Peter City a tomar un avión a los Estados Unidos. Me reí como loco y le dije “no mames”. El Carita lleva una semana sin salir de su casa…

Ese mismo día, después de comer, llegó mi camarada Kurchesko y salimos a dar el rol en mi Poderoso Blue Power. Mi ruski asistente andaba dadivoso y me invitó las chelas. Me pidió que lo llevara al cajero para sacar dinero de su cuenta de retiro de la KGB. Mientras estaba estacionado frente al Banco cercano al jardín sucedió… La Hummer que nos persiguió la noche anterior se detuvo frente a mi… Mis piernas comenzaron a temblar y se me secó la boca, Kurchesko no salía del cajero pues siempre ha sido un pendejo y no le halla a las indicaciones de la pantalla. Se abrió la puerta del conductor de la Hummer. ¡Verga! Pensé… “¡Apúrate pinche ruso mamón!” De la Hummer bajo, inesperadamente, una hermosa mujer de unos cuarenta años, auténtica mamá de comercial, con un mozalbete de unos 4 años en brazos. Tenía unos pechos hermosos y unas nalgas fascinantes, luego bajaron también otros dos críos con pistolas de juguete jugando a la PFP contra los Narcos…

Y yo pensé: ¡Verga!

Enlace a Tres Historias Insanas -1-

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Tres historias insanas -1-

Número 1. “La muerte del Peje… o de quién se deje”

Yo estaba muy tranquilo cenando, pensando en conchas y bizcochos o en bizcochos y conchas, cuando me entere por mi hermanita que el Peje se había muerto. ¡Verga! Pensé. Ya se lo echaron al plato. Prendí el televisor y puse el noticiero con López Doriga… Nada, había sido falsa alarma.

Volví al comedor a pensar en conchitas y bizcochos o viceversa, cuando llegó mi camarada Kurchesko a decirme que me hablaban en la calle. Salí entusiasmado –porque en realidad es raro que yo reciba visitas-, afuera estaba mi novia la Chiquita y me dijo:

-Amorcito, vengo a decirte que mañana me voy ¡para nunca volver!

¡Verga! Pensé. No le dije nada, se fue y ya no supe más de ella…

…Hasta la mañana siguiente.

Número 2. “El hijo que nunca tuve”

Kurchesko llegó temprano. Me dijo que vio salir a la Chiquita de su casa, maleta en mano, toda desencajada, pero sin perder lo bonita y subir al autobús de las 6 que va con rumbo a San Peter City.

Y allá vamos, en mi Poderoso Blue Power, con mis gafas oscuras y Kurchesko de copiloto.

-Si le meto el nitro alcanzamos el camión en hora y media…

No le metí nada, mi Poderoso Blue Power se quedo sin gasolina apenas saliendo del pueblo. Esperamos otro autobús afuera de una tiendita, brindando con cerveza helada. 6 horas después llegamos a San Peter City.

Al llegar a la Central me quede pensando: ¡Verga! ¿Y ahora cómo vamos a encontrar a la Chiquita en una ciudad tan grande? Le pedí a Kurchesko una solución adecuada, no respondió, estaba tan ebrio que decidí dejarlo en la Central y me dispuse a buscar y buscar con tal empeño que cuando acordé ya ni me acordaba de lo que buscaba. Fue entonces cuando me topé a Blanca con una panza del tamaño de la de mi tío Quique…

8 or 9 months ago:

Blanca: ¿quiero tener un hijo?

PajOn: ¡Ahh!

Blanca: Voy a recurrir a la inseminación artificial, ya contacté un buen laboratorio.

PajOn: ¡Verga! No creo que te convenga eso, no sabrás quien es el padre. ¿Qué tal si te toca el semen de un asesino serial o el de un político…

Blanca: Se supone que tienen controles de calidad.

PajOn: “Pues tú lo dirás por Juana”.

Blanca: Pues no me queda de otra, como no me ayudas…

PajOn: ¿Y sí si te ayudo?

Blanca: ¿Si?

PajOn: Pues no faltaba más.

Blanca: Si, si, si, asi, asi, oh si, ¿si? si si si ¡si! ¡Siiiiiiiiiiiiiiii!

Número 3. “El Narco Jr.”

Blanca me dijo que yo era el padre de su criatura. ¡Verga! Pensé. Entonces me dispuse a hacer lo que cualquier otro ha hecho en esa situación:

  1. Tratar de recordar el acto sexual con la mujer en cuestión.
  2. Contar el tiempo transcurrido.
  3. Pensar en un posible engaño del tipo: “A este pendejo le digo que es suyo”.
  4. Entrar en pánico.

5.   5.1 (opcional) Aceptar la responsabilidad.

5.2 (opcional) “Poner pies en polvorosa”

Apenas iba en el paso número 1 cuando decidí pasarme al 5.2 y salí corriendo.  Regresé a la Central en un taxi. Desperté a Kurchesko y por la noche ya estábamos de vuelta en el pueblo.

Otra vez me encontraba cavilando entre conchas y bizcochos cuando se presentó mi ruski asistente y me dijo:

-Afuera está su primo el Chango, dice que es urgente.

Otra vez salí entusiasmado, sensación que se me quitó cuando el Changuito me dijo:

-¿Te acuerdas que firmaste de aval cuando le pedí dinero prestado al Narco del pueblo?

¡Verga! Pensé. Sucedió que el Narco del pueblo –que era muy paciente con sus deudores- murió en una emboscada a manos de sicarios del Cartel de Mauricio Gárces. Y para mi mala fortuna, su hijo, el Narco Jr., heredando la posición de su padre, decidió liquidar todas las cuentas “habidas y por haber.” Como el Changuito era “muy su amigo” le perdonó la deuda, pero llegó a la conclusión que de todos modos yo le tenía que pagar porque si el titular de la deuda no cumplía, el aval tenía que hacerlo. Sobra decir que el Jr. no era paciente como su padre…

****

Esa misma noche huí a San Peter City. Al llegar al Downtown observe atónito un acontecimiento muy singular. Los peritos de nuestra querida nación vecina del norte, recreaban, utilizando actores, el intento de asesinato del Peje; bajo una gran carpa invitaban a la gente a presenciar la simulación.

Ahí me di cuenta que el Peje no era el Peje, sino el PJ –y que mi hermanita se confundió cuando me lo contó- y que además PJ significaba dos cosas: “Pinche Joto” y “Pinche Juanga-briel.” ¡Verga! Pensé. Se querían chingar al “Divo de Juárez”. Un agente del FBI, que casualmente se encontraba a mi lado, me dijo que los agresores ya lo habían intentado otras veces con pobres resultados, que iban desde prepararle una emboscada en el estacionamiento del Aeropuerto de Guadalajara –donde confundieron su choche blanco con el de un cardenal-, pasando por artefactos explosivos en los palenques en que se presentaba –que nunca detonaban porque la mecha se les apagaba-, hasta avionazos como el de la Secretaria de Gobernación que le lanzaron la semana pasada o la antepasada o la ante antepasada –y que tampoco le atinaron-.

En eso llegó Blanca y me jalo del brazo:

-¡A ver hijo de tu puta madre! ¡Me respondes o qué vergas!

Y yo pensé: ¡Verga!

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Sequía

Caminas despacio y de pronto te das cuenta que tu vida no vale madre. Hace unos minutos estabas viendo la tele, echado, desparramado en el sofá, comiéndote las uñas, viendo comerciales estúpidos -¡Dios! cada vez los hacen más idiotas- que no te dejan ver a gusto Los Simpson. El control de la tv. ya no sirve y te da ‘güeva’ levantarte a cambiarle mientras la mierda pasa. Eres un parásito, ya no te quieren en tu casa, irte a chingar tu madre sería lo más preciso, de pronto, en la pantalla, aparece.

Se ve fría, pero tu la sientes ardiente, está mojada y una gota de sudor resbala lentamente por sus curvas -¡Dios! es hermosa-. Deseas tocarla, saborearla, «pegártele como chivo» como dicen tus amigos, sientela, aprecia el contorno, tócala, y te preguntas si sería un toque suave, si lo harías con calma, con cuidado o si lo harías con furia, con rabia, en un arrebato de deseo incontenible, como animal, como el animal que sabes que en el fondo eres, ¿eres? ¿sabes lo qué eres?

Eres un parásito, un pinche estorbo en tu casa, una caja de los tiliches, pero eso no importa, la recuerdas, ¿la recuerdas? ¿recuerdas a la que hace unos instantes te ha hecho palidecer? Anda, sal a buscarla, encuentrala y hazla tuya y deja a un lado los prejuicios, abrázala y desnúdala, debes poseerla inmediatamente, aunque sea en la calle, que no te importe si los demás te observan, estas sediento y te vale madre, tienes hambre y necesitas comer, quieres sexo y necesitas coger, a ellos que chingados les importa son unos idiotas como los que hacen los comerciales.

Ahora detente, no seas pendejo, por ir recordando -escuchádome- casi te estrellas con un poste. Cruza la calle, fijate que no venga un coche, las conciencias sedientas a veces ocasionamos accidentes. Detente, ahí esta, ¿la ves? Se que lo haces, si nomás la cara tienes, ¿puedes olerla? se que te atrae, desde que la viste en TV. -hace unos minutos ¿recuerdas?- no puedes olvidarla, anda güey, acércate, que no te de pena, metete a la tienda, sácala de ahí, del lugar que la aprisiona, que no la deja ser. Ella fue hecha para ti, y tu no estas para despreciarla, recuerda, eres un parásito. Bebétela, cométela, cogétela, a quién chingados le importa.

Te acercas al mostrador y entonces te das cuenta. Te dije que eras un pendejo, se te olvido la cartera, las conciencias a veces ocasionamos olvidos, ahora ¿con qué vas a pagar la cerveza?

Publicado originalmente el jueves 17 de enero de 2008 en El Blog de Luis-Fran/Myspace.com

Síganme los buenos!

Reggae, desmadre y piel!

Dale

Bienvenidos lectores. Este espacio es un refugio, un resquicio personal de su servidor para alimentar su ego, para ocultar al demonio y a los miedos, para declararme libre y agotar al tiempo. Aquí podrán leer historias tontas, reales y no tan reales, testimonios distorsionados de la realidad cambiante, males del subconsciente anidados por largo tiempo, letras definidas y pensamientos.

 

El que les escribe no es un escritor de rango, es un aficionado a expresar con letras. Tal vez lo conozcan de antaño, quizás no reconozcan su mano, pero asegura a todos un resultado, satisfacción o disgusto por leerle la letra, por dejarle un comentario.

 

Aquí se vale pensar y se desnudan las almas.

 

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