Sequía

Caminas despacio y de pronto te das cuenta que tu vida no vale madre. Hace unos minutos estabas viendo la tele, echado, desparramado en el sofá, comiéndote las uñas, viendo comerciales estúpidos -¡Dios! cada vez los hacen más idiotas- que no te dejan ver a gusto Los Simpson. El control de la tv. ya no sirve y te da ‘güeva’ levantarte a cambiarle mientras la mierda pasa. Eres un parásito, ya no te quieren en tu casa, irte a chingar tu madre sería lo más preciso, de pronto, en la pantalla, aparece.

Se ve fría, pero tu la sientes ardiente, está mojada y una gota de sudor resbala lentamente por sus curvas -¡Dios! es hermosa-. Deseas tocarla, saborearla, «pegártele como chivo» como dicen tus amigos, sientela, aprecia el contorno, tócala, y te preguntas si sería un toque suave, si lo harías con calma, con cuidado o si lo harías con furia, con rabia, en un arrebato de deseo incontenible, como animal, como el animal que sabes que en el fondo eres, ¿eres? ¿sabes lo qué eres?

Eres un parásito, un pinche estorbo en tu casa, una caja de los tiliches, pero eso no importa, la recuerdas, ¿la recuerdas? ¿recuerdas a la que hace unos instantes te ha hecho palidecer? Anda, sal a buscarla, encuentrala y hazla tuya y deja a un lado los prejuicios, abrázala y desnúdala, debes poseerla inmediatamente, aunque sea en la calle, que no te importe si los demás te observan, estas sediento y te vale madre, tienes hambre y necesitas comer, quieres sexo y necesitas coger, a ellos que chingados les importa son unos idiotas como los que hacen los comerciales.

Ahora detente, no seas pendejo, por ir recordando -escuchádome- casi te estrellas con un poste. Cruza la calle, fijate que no venga un coche, las conciencias sedientas a veces ocasionamos accidentes. Detente, ahí esta, ¿la ves? Se que lo haces, si nomás la cara tienes, ¿puedes olerla? se que te atrae, desde que la viste en TV. -hace unos minutos ¿recuerdas?- no puedes olvidarla, anda güey, acércate, que no te de pena, metete a la tienda, sácala de ahí, del lugar que la aprisiona, que no la deja ser. Ella fue hecha para ti, y tu no estas para despreciarla, recuerda, eres un parásito. Bebétela, cométela, cogétela, a quién chingados le importa.

Te acercas al mostrador y entonces te das cuenta. Te dije que eras un pendejo, se te olvido la cartera, las conciencias a veces ocasionamos olvidos, ahora ¿con qué vas a pagar la cerveza?

Publicado originalmente el jueves 17 de enero de 2008 en El Blog de Luis-Fran/Myspace.com

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